Las grietas del infierno


           Ediciones Tres Fronteras reedita la novela "Las grietas del infierno" de Rubén Castillo Gallego en una elegante edición. El autor (Murcia, 1966) es profesor de Literatura, articulista de prensa y crítico literario. Premio “Gabriel Sijé” de novela corta en 1989 por su obra “Reina María”. Premio Ateneo de Valladolid, 1991, por “La mujer de la mecedora”. Autor del libro de relatos “Imágenes prohibidas de la Biblia” (1996) y del libro de ensayo “Palabra en el tiempo” (2002) además de “Verdades parciales” (2003), un recopilatorio de 87 artículos publicados en el diario La Verdad de Murcia. En 2010 publica una novela juvenil en la editorial andaluza Edimáter con gran acogida, "La cueva de las profecías". Dos son las novelas publicadas en 2011, un thriller impactante, "El globo de Hitler" (Isla del Naúfrago) y una novela psicológica que parte de un chat erótico para construir su trama, "Las hogueras fosfóricas"

            Como en un puzzle de piezas alborotadas, o como  en esas películas que nos revelan paulatinamente su enigma, aportando el concurso de diversos puntos de vista, el lector se asoma en Las grietas del infierno a unos acontecimientos que, al principio, parecen anodinos o rutinarios (como suelen serlo los pecados), para después germinar y crecer, hasta convertirse en una sombría pesadilla que engulle a su protagonista. Es esta una historia de amor y destrucción, humanísima y vergonzante, ambigua y pavorosa, en la que importa, junto a sus circunstancias  aflictivas, ese caudal de sentimientos traicionados, de lealtades lastimadas, de exhaustas desilusiones, que al final nos empujan por un despeñadero que conduce al desaliento, a la destrucción, a la muerte.

            La trama de la historia entre el joven profesor de instituto. Una alumna especialmente atractiva. Una denuncia por acoso que implica y enreda a ambos.  Inevitablemente aparecen comentarios, malevolencias, rencores que hacen que nadie tenga claro lo que ha sucedido o ni tan siquiera si ha sucedido. Muchos de los personajes de la novela toman la palabra para explicar su versión de los hechos pero, al final, será el lector quien emitirá su veredicto.